Para mi cumpleaños, mi esposo me regaló una cabina telefónica vacía, mientras mi suegra grababa mi reacción con su iPhone nuevo. Le pareció divertidísimo, hasta que lo puse en su lugar. 😱😱
Era mi 40 cumpleaños, un gran acontecimiento que llevaba semanas preparando. Decoré la casa, puse la mesa, invité a familiares y amigos. La noche empezó de maravilla: risas, música, brindis, recuerdos. Todos me felicitaron, me abrazaron, me desearon felicidad.
.
.
.
Estaba realmente feliz… hasta que un momento lo cambió todo. Cuando llegó la hora de los regalos, estaba especialmente emocionada. En el fondo, esperaba que mi esposo me regalara un teléfono nuevo; el mío se había caído hacía poco en el fregadero, por culpa de nuestra hija pequeña. Entonces se acercó a mí con una gran sonrisa y me entregó la tan ansiada caja naranja. En ella, el logo de una marca famosa. Apenas podía creer lo que veía. —Anda, ábrela —dijo, conteniendo la risa. Con manos temblorosas, levanté la tapa… y me quedé paralizada. Dentro no había nada. Ni teléfono, ni manual, ni siquiera un cargador. Solo una caja vacía. Mi marido estaba de pie junto a mí, riendo a carcajadas, mientras mi suegra grababa mi reacción con su nuevo y reluciente iPhone, el mismo que debería haber estado dentro de esa caja. —Qué gracioso, ¿verdad? —dijo, jadeando entre risas. Los invitados guardaron silencio. Un silencio incómodo llenó la habitación. Sentí un nudo en la garganta. Pero no quería montar una escena. Forcé una sonrisa y le di las gracias por el regalo “original”. Por dentro, estaba hirviendo. Cuando terminó la fiesta, mi marido, orgulloso de sí mismo, salió a despedir a los invitados. Fue entonces cuando empecé a llevar a cabo mi pequeño plan de venganza. Hice algo que le borró la sonrisa de la cara. 😨Contribuido en el primer comentario 👇👇