TPUSA Anuncia un Espectáculo de Medio Tiempo del Super Bowl “AMERICANO” Tras la Controversia de Bad Bunny: “NO Aprenderemos Español”
La noticia sacudió las redes sociales y los foros deportivos: Turning Point USA (TPUSA), una organización conocida por su enfoque conservador, anunció que organizaría un espectáculo de medio tiempo del Super Bowl completamente “americano”, en respuesta a la polémica generada por la participación de Bad Bunny en eventos anteriores. El mensaje era claro y provocador: “NO aprenderemos español”.
Todo comenzó meses antes, cuando Bad Bunny, el famoso artista puertorriqueño, fue invitado a participar en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl. Su presentación, que mezcló reggaetón y ritmos latinos, fue celebrada por muchos como un símbolo de inclusión y diversidad cultural. Sin embargo, también generó críticas entre sectores conservadores que consideraban que el evento debía centrarse en la cultura estadounidense tradicional.
En ese contexto, TPUSA decidió tomar cartas en el asunto. Con una campaña mediática intensa, anunciaron que el próximo espectáculo de medio tiempo sería “100% americano”, con artistas que solo cantarían en inglés y celebrarían la música y los valores tradicionales de Estados Unidos. El lema “NOT Learning Spanish” se volvió viral, generando debates acalorados sobre identidad, cultura y el papel del Super Bowl como evento nacional.

La organización comenzó a buscar artistas emblemáticos de la música estadounidense para el show. Nombres como Bruce Springsteen, Carrie Underwood y Kid Rock sonaban entre los favoritos, y TPUSA prometía una producción llena de banderas, himnos patrióticos y referencias a la historia americana. Los preparativos se transmitían en vivo por redes sociales, con entrevistas a los artistas y adelantos de los ensayos.
Mientras tanto, la polémica crecía. Grupos defensores de la diversidad criticaron la decisión, argumentando que Estados Unidos es una nación construida por inmigrantes y que la música latina también forma parte de su identidad. Por su parte, TPUSA defendía su postura, afirmando que el espectáculo debía reflejar “los valores y tradiciones que han hecho grande a América”.
El día del Super Bowl, millones de espectadores esperaban con ansias el espectáculo. Cuando finalmente comenzó, el escenario se llenó de luces rojas, blancas y azules. Los artistas interpretaron clásicos del rock, country y pop estadounidense, mientras imágenes de paisajes icónicos y momentos históricos se proyectaban en las pantallas gigantes.
El show fue todo lo que TPUSA había prometido: patriótico, emotivo y sin una sola palabra en español. Al final, los organizadores agradecieron al público y reiteraron su compromiso de “preservar la cultura americana”.
Las reacciones no se hicieron esperar. En las redes, algunos celebraron el regreso a las raíces estadounidenses, mientras otros lamentaron la falta de diversidad. Los medios internacionales analizaron el impacto cultural del evento y el mensaje que transmitía sobre la sociedad estadounidense actual.
A pesar de la controversia, TPUSA consideró el espectáculo un éxito y dejó abierta la puerta para futuras ediciones aún más “americanas”. Y así, el debate sobre qué significa ser verdaderamente americano siguió vivo, tanto dentro como fuera del campo de juego.