“El Último Aliento de Esperanza en St. Claire”

“El Último Aliento de Esperanza en St. Claire”

Las luces fluorescentes zumbaban sobre su cabeza mientras Isabelle esperaba, inquieta, en la recepción de maternidad del Centro Médico St. Claire. A las 28 semanas de embarazo, había empezado a sentir calambres intensos por la mañana, y su médico no dudó en indicarle que fuera de inmediato.

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Pensó que encontraría comprensión. Pero quien la recibió fue Brenda, la enfermera.
—Nombre —preguntó Brenda sin emoción, ya con la mirada perdida.
—Isabelle Laurent. El Dr. Monroe me dijo que viniera cuanto antes. Podría ser algo grave.
Brenda dejó escapar un suspiro de disgusto.
—Siempre crees que puedes pasar primero. Toma asiento. Asistiremos cuando podamos.
Isabelle se quedó paralizada. Chicos. La frase le oprimió el pecho. Tragó saliva y lo intentó de nuevo, con la voz temblorosa.
—¿Podrías hablar con el Dr. Monroe, por favor? Estoy muy preocupada por el bebé.
Brenda dobló los labios sobre un hocico. —¿Y si solo exageras al no hacer fila?
Avergonzada, Isabelle se sentó, abrazándose la barriga. Habían pasado veinte minutos. Los calambres se intensificaron, la ansiedad se convirtió en miedo. Regresó al mostrador.
—Por favor… Esto va a peor.
La mirada de Brenda era afilada como cuchillas de afeitar.
—Ya basta. Si arma un escándalo, llamaré a seguridad.
Isabelle apenas pudo abrir la boca cuando Brenda contestó el teléfono congelada.
“Llamaré a la policía”, declaró, con un helado.
El mundo de Isabelle se derrumbó. Las lágrimas le nublaron la vista. ¿Arrestarlo estando embarazada solo por pedir ayuda?
Quince minutos después, justo cuando dos agentes entraban por la puerta, se oyeron otros pasos tras ellos. Irrumpió un hombre alto vestido con un traje azul marino, con los ojos ardiendo de furia contenida. Observó a Isabelle, luego a Brenda y, finalmente, a los policías.
—¿Hay algún problema? —dijo con una calma tan aguda como peligrosa. Era Marcus Laurent, su esposo. Y en los próximos minutos, todo en esa habitación cambiaría irrevocablemente.

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